domingo, 24 de febrero de 2008

Joven de corazón

Si usted aún cree que algún cuento de hadas puede realizarse un día en su vida; y piensa que los milagros son posibles y suceden a diario, como la vida misma nos lo enseña y está firmemente convencido que el amor sigue siendo la única explicación válida que justifica nuestra existencia, usted ha elegido la mejor parte de sí mismo, ha elegido ser joven de corazón.
Si usted piensa que los sueños no están en proporción directa con los años; que la ternura es un regalo excepcional para todas nuestras estaciones y que efectivamente, como dice el poeta, lo esencial es invisible para los ojos y sólo se ve con el corazón, usted ha escogido que sea éste, quien le de realmente juventud a su vida.
Porque a pesar de que el encanto y la fascinación por las cosas sencillas, parece haber desaparecido de este mundo y nuestra capacidad de asombro, es cada vez menor, pues hemos progresado tanto que ya casi nada nos asombra, y de que el pragmatismo ha invadido nuestros sueños más acariciados, muy dentro de nosotros mismos; seguimos admirando la belleza profunda de la que el mundo, está lleno y la subyugante simplicidad de las cosas, que sólo es capaz de ver, quien es joven de corazón. Si usted todavia cree en la bondad básica de las personas aunque muchos le llamen ingenuo; si piensa que hablarle a las flores o a su perro y creer que ellos sienten los diferentes matices de su voz, no es necedad sino sabiduria; que la naturaleza entera es una parte de usted mismo y pecibe sus emociones; para bien o para mal; que tocar el alma de un niño, es tocar el alma del mundo y acercarse a un anciano es percibir la sabia armonia del universo; de la que Dios es trasunto fiel, para muchos usted será un ser extraño y un iluso, pero en el fondo de su alma usted es alguien que no ha permitido que su corazón envejezca.
Porque usted no necesita pintarse el pelo, ni someterse a cirugias esteticas, ni usar sofisticados recursos cosmeticos para mantener joven, la esencia de su vida, es su corazón.
La verdad es que todo ello no le servira de nada si en cambio desconoce el poder de una sonrisa, o la fortaleza que le da estrechar la mano de un desvalido o es incapaz de descubrir el inútil tesoro que supone algo más que un rostro terso, un cutis, inmaculado y un cuerpo esbelto.
Ser joven de corazón, es entender el valor de una caricia; es comprender que ciertas cosas, paradojicamente las más importantes, no pueden tener precio ni medida; es tener la capacidad de descentrar nuestro espíritu para expulsar de él nuestro egoismo; es saber dimensionar la dicha que supone sentirse amado por lo que se es y no por lo que se tiene, y encontrar belleza donde ya casi nadie la encuentra; es disfrutar la llovizna temprana, la aurora y el crepúsculo y la magia que se esconde en los girasoles, cosas todas ellas a traves de las cuales adivinamos,el verdadero rostro que Dios, quiso mostrar a los hombres.
Ser joven de corazón es vibrar ante el encuentro que se presiente, aunque no esté en la agenda; es percibir aún en el tiempo y la distancia, el afecto profundo de quien es capaz de sintonizar su espiritu con el nuestro. Es, en fin, descubrir insospechadamente el privilegio de la vida que vivimos, no por su lozania, pues mayo no es eterno, segun dijo el poeta, sino porque en sí misma es una bendición cada uno de sus instantes, aún si son fugaces y temporales. Es remar contra la corriente, en un mundo, que acepta como verdadero sólo lo que puede ver y tocar sin pensar que, finalmente hasta lo cierto puede ser comprobado. En realidad, la única asignatura pendiente que nos llevaremos todos, sea joven o viejo nuestro cuerpo, es el haber o no permitido, que nuestro corazón permaneciera joven, por encima de los muchos o pocos años con que gloriosamente hayamos sabido disfrutar de la magnifica temporalidad de nuestra existencia.
Ruben Nuñez de Cáceres
De su libro: Para aprender la Vida

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