miércoles, 30 de abril de 2008

¡Inocente la pucha digo!

No soy amante de los celulares, y aún sigo pensando que es un aparato que nos esclaviza como pocos. Desde la existencia del teléfono celular -como decía Sergio Sinay en esta nota- pareciera ser que los seres humanos perdimos el derecho a no estar.

Pero cuando en una publicidad se despliega la creatividad y la dramatización con tanto ingenio, merece la admiración. Aunque el objeto de la publicidad sea justamente un celular, uno de los pocos "chiches tecnológicos" que no me seducen en absoluto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por eso una vez mas "haz lo que yo digo y no lo que yo hago"

Anónimo dijo...

y porque "tiraste al agua" el Sony Ericcson que tenias para que te lo cambien por el V3 ?

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