lunes, 27 de abril de 2009

Debatieron en San Jorge sobre la mala utilización de agroquímicos


Por Luis Emilio Blanco
Diario La Capital

San Jorge. — Más de 300 personas concurrieron al Plenario Provincial de Afectados por los Agroquímicos, organizado por Vecinos Autoconvocados de Barrio Urquiza, de San Jorge; Autoconvocados de Las Petacas y el Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat) de Santa Fe. Por más de cuatro horas vecinos, productores, funcionarios, ambientalistas, estudiantes y docentes participaron de la exposición de testimonios, la disertación del biólogo Raúl Montenegro y de un enriquecedor debate posterior en el que los diversos sectores expusieron sus puntos de vista sobre los casos de contaminación generados por el modelo de producción agraria del país.

El factor común de los reclamos que sobre este tema se dan en todo el territorio provincial, incluso en ciudades como Rosario y Santa Fe, es el abuso y mal uso de productos agrotóxicos en cercanías de zonas urbanizadas, la ausencia de políticas que ataquen la problemática y la indiferencia por gran parte de las autoridades. A su vez, el sector productivo tiende a minimizar los riesgos del uso de agrotóxicos o bien lo justifica en pos de los extraordinarios beneficios económicos que se obtienen.

El testimonio de los vecinos sanjorgenses que hace pocos días lograron interponer un recurso de amparo para evitar el daño que la aspersión de plaguicidas ocasiona a sus familias, abrió el encuentro. Luego, abundaron en detalles de casos similares ocurridos en diversas localidades santafesinas y provincias vecinas.

Participaron del plenario organizaciones y ciudadanos de Las Petacas, Sastre, San Jorge, Funes, Landeta, Crispi, Castelar, Santa Fe, Arocena, Tortugas, Cañada de Gómez, Rosario, Zenón Pereyra, San Martín de las Escobas, Coronda, Traill, Desvío Arijón, María Juana, Clucellas, Rafaela, Angélica, Carlos Pellegrini, Cañada Rosquín, San Justo, Malabrigo, Rufino y 9 de Julio (Buenos Aires) y San Francisco (Córdoba).

Todos contaron sus experiencias y cruzaron información para determinar la mejor forma de encarar sus luchas ante lo que consideran un flagelo común.

Con fundamentos científicos, y apoyado en análisis hechos en la Universidad Nacional de Buenos Aires, Montenegro explicó técnicamente las consecuencias sobre las poblaciones expuestas a las aspersiones y detalló los vacíos legales y administrativos que se producen en Argentina.

Por más de dos horas, el titular de la Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam) —una organización ambientalista que tiene status consultivo ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas—, se explayó sobre efectos de plaguicidas en la salud humana. Un breve repaso histórico sobre la elaboración de 10 millones de elementos químicos sintetizados y los 100 mil de uso comercial, derivó en las consecuencias severas de la exposición del hombre a bajas dosis de agroquímicos. Esta postura se ubica en el extremo opuesto de la discusión planteada a nivel nacional con los fabricantes, distribuidores y consumidores de plaguicidas.

Para matar. "Todos los plaguicidas son fabricados para matar", lanzó Montenegro y detalló sus efectos tóxicos. Se dirigió al auditorio para explicar: "Somos depósitos humanos de plaguicidas" y detalló los mecanismos de almacenamiento en los tejidos vivos y la modalidad de transmisión de esos contaminantes, de generación en generación, a través de diversas vías.

"Esas sustancias, asociadas a la exposición a bajas dosis de agroquímicos generan un cóctel con consecuencias muy importantes para los humanos, cuyos organismos interpretan esa carga química como alteraciones en el equilibrio hormonal (disrupción endócrina)", dijo, y abundó en mecanismos que desencadenan enfermedades

graves como consecuencia de la contaminación crónica con pequeñas cantidades de plaguicidas y sus derivados y el por qué de la mayor fragilidad de niños y ancianos ante las exposiciones.

En ese marco, Montenegro detalló líneas judiciales para exigir a las compañías productoras de agroquímicos que incluyan en los marbetes de sus productos las consecuencias de exposición a bajas dosis, además de las generadas por la exposición aguda, como expresan hoy.

Línea agronómica.El biólogo pidió como medida urgente fijar una línea agronómica como franja de protección y afirmó que "la Justicia es una herramienta válida y concreta para frenar las fumigaciones que son irresponsables".

Para Montenegro, la normativa legal santafesina "es medieval" y cuestionó a las autoridades que "miran para otro lado y son cómplices". Además, criticó duramente a productores y responsables de fumigaciones por su accionar. "Los que fumigaron frente a las casas de familias son unos irresponsables y criminales", dijo, y agregó que "no puede ser que la codicia de algunos esté por encima de la salud de las personas".

Sí al diálogo. En el encuentro participó el empresario agropecuario Víctor Trucco, un productor que en 1987 fue pionero tanto en el uso del sistema de siembra directa como en sembrar soja transgénica. Doctorado en bioquímica en 1971, es presidente honorario de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).

Fue profesor titular de la cátedra de Fisiología Animal en la Facultad de Ciencias Veterinarias e integró el Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Rosario y fue subsecretario de Recursos Naturales de Santa Fe entre 1993 y 1995.

Para Trucco, "los agroquímicos son como los remedios. Si los productores pudiéramos producir sin ellos seríamos los tipos más felices del mundo. Debemos encontrar la forma de coexistir para poder sostener esta producción que es la que da empleo, riqueza al pueblo y también mejorar la calidad de vida de todos. Lo que debe sobresalir de esta reunión es que se propuso el diálogo".

"Los productores tenemos intereses —dijo—; queremos producir, pero no perjudicar a nadie, aunque evidentemente los agroquímicos son sustancias peligrosas, se deben manejarlos apropiadamente. Hay una gran necesidad de diálogo para no encolumnarnos en una guerra del pueblo contra el campo, en la que perderemos todos".

San Francisco, volvió la paz. "Conformamos una agrupación de vecinos que en 2005 iniciamos las acciones a partir del anuncio municipal de adhesión a la ley provincial de agroquímicos. En principio estábamos contentos porque creíamos que todos nuestros problemas de aspersión de químicos cerca de las viviendas estaría resuelto, pero notamos que la ley establecía límites para determinados productos y para otros no, según el rango de peligrosidad. En la práctica se fumigaba con cualquier tipo de agroquímicos y nadie controlaba", dijo Alicia Roppolo, una vecina de esa localidad cordobesa.

"Eso nos movilizó —continuó— para estudiar los efectos de los químicos y las modalidades para revertir el problema. Tras un año y medio logramos fijar una línea agronómica que se respeta. Dentro de los 500 metros del límite urbano no se pueden aplicar agrotóxicos de ninguna naturaleza y así llegó la paz a San Francisco", una ciudad en la que la tensión llegó a tal punto que un vecino damnificado impidió que un fumigador ejecutara su tarea a punta de pistola.

"Les pido a las autoridades que eximan a la gente de San Jorge de tener que luchar como lo hicimos nosotros, de vivir situaciones de tensión extremas, que no hagan promesas de campaña que después no cumplen y que actúen con sentido común", finalizó la vecina.

Marche preso. El músico Jeremías Chauque, hijo del cantante folclórico Rubén Patagonia y residente en Desvío Arijón, saludó al auditorio en mapuche y contó la experiencia que protagonizó junto a vecinos para lograr parar el paso de un fumigador "mosquito" en un campo aledaño a su casa.

Por el episodio, hoy enfrentan una demanda penal por violación de domicilio y amenazas. Su suegra, a su vez, relató cómo la soja desplazó totalmente a los sembrados de frutilla en ese distrito

"La ley no se respeta". El vecino Patricio Acuña, de San Justo, manifestó que en noviembre último el Concejo estableció la línea agronómica a 500 metros del límite urbano.

"Eso no se respeta porque tampoco queda claro qué se puede hacer en los terrenos afectados por esa legislación, algo que debería contemplarse y elaborar planes para no dañar al productor", dijo Acuña.

Un 100 por ciento en una manzana. El odontólogo Víctor Schmid narró la experiencia vivida a consecuencia del movimiento de cereales en el barrio Refinería de Rosario, actual Malvinas Argentinas. "Tras un relevamiento comprobamos que en una manzana había un 100 por ciento de afecciones respiratorias en vecinos, alergias, cáncer o leucemia, con un índice que alcanzaba al doble de la media mundial".

El profesional agregó: "Sospechábamos del polvillo del cereal, hasta que un análisis de aire y suelo determinó que había sustancias derivadas de plaguicidas clorados y fosforados. Un cóctel que causaba esas enfermedades. Reclamamos la reubicación de una cerealera cercana. Hicimos un mapa de la muerte, en el que marcamos con cruces rojas las casas en las que había fallecidos por cáncer y cruces verdes donde había enfermos. Ese mapa parece un cementerio, es muy alarmante. Con esas pruebas pedimos al Concejo que sancione normas en base a análisis de situación. Hoy podemos decir que ganamos la batalla: de 8 plantas, 7 se clausuraron y la última funciona por decisión del intendente, quien dio en diciembre un permiso por 7 meses más".



Pediatra detalló casos testigo en Malabrigo

El plenario de San Jorge confrontó las realidades de la población expuesta a los residuos químicos provenientes de las explotaciones agrarias y del sector productivo. En el debate se expusieron testimonios y fundamentos científicos que demuestran que el uso indiscriminado de agrotóxicos afecta la salud humana y el medio ambiente.

El médico Rodolfo Paramo, de larga trayectoria como neuropediatra del hospital José María Cullen de Santa Fe, dijo que al comienzo de su carrera "de cada 10 mil nacidos vivos, uno sufría algún tipo de malformación, una cifra que coincidía con las estadísticas mundiales".

De su experiencia como pediatra en Malabrigo, en el nordeste provincial, explicó que en cierto momento comenzó "a notar más incidencia de casos de problemas respiratorios. El acopio de cereales de la ciudad estaba dentro del ámbito urbano. Por vía judicial y una larga lucha, logramos que se ubique afuera. La localidad tiene entre 15 y 20 nacimientos por mes y en 1995, aparecieron 12 casos de chicos con malformaciones muy severas que fueron incompatibles con la vida. Muchas de ellas estaban relacionadas con afecciones al neuroeje —el cerebro y la médula—. Hubo casos de falta de desarrollo de la masa encefálica, alteraciones en el cierre del tubo neural y ausencia de pared abdominal".

El profesional contó que "en ese momento no se sabía qué sustancia bloqueaba o impedía el accionar del ácido fólico, protector de la génesis del sistema nervioso central. Tras investigar, comenzamos a sospechar de un producto de la empresa Monsanto que fue categorizado como levemente tóxico y que, según argumentaban, en contacto con la tierra se desactivaba y no tenía poder residual".

"El Concejo y el municipio reaccionaron rápidamente y prohibieron el ingreso y el acopio de cualquier producto agroquímico dentro del perímetro urbano", dijo, y "a partir de allí desaparecieron las malformaciones, que según nuestras estadísticas se daban a los 8 ó 9 meses posteriores a las campañas de fumigación. No pudimos afirmar si se trataba de ese producto, pero la relación causa-efecto nos dio la razón", dijo Paramo y explicó que se dio un proceso similar respecto a los casos de cáncer, principalmente de tubo digestivo o del sistema respiratorio y de abortos espontáneos.

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