lunes, 19 de agosto de 2013

Avances en la investigación de cómo blanqueaban Los Monos la plata de la venta de droga


En una vivienda allanada en Funes asoma un inversor de Los Monos. Referencias de un hombre joven con pedido de captura que aparece como comprador de vehículos y materiales de una red ilícita.



En Funes. Esta casa sencilla pero con un gran terreno, valuada en 200 mil dólares,
figura a nombre de un hermano de Mariano Ruiz, que tiene captura
.
El descubrimiento de una casa en Funes que engorda al patrimonio de allegados a la banda de Los Monos coloca bajo la luz a uno de los más sagaces integrantes de la organización, un joven que tiene pedido de captura y permanece prófugo hace dos meses. Se trata de Mariano Ruiz, una persona a la que los peritos económicos que trabajan con el juez Juan Carlos Vienna atribuyen un rol delicado y primordial en la red ilícita: incorporar el dinero procedente del comercio de estupefacientes en el circuito formal de la economía con la compra de propiedades y vehículos.

La casa allanada el viernes pasado a la tarde por la Tropa de Operaciones Especiales aparece inscripta a nombre de un hermano de Mariano Ruiz. Está ubicada en General Mosconi y Vera, cerca del barrio privado Funes Hills, en una zona acomodada de Funes. La detección de la propiedad atrajo la atención sobre uno de los fugitivos con un perfil especial. Que en el expediente a cargo de Vienna está identificado y estudiado como uno de los inversores de la red que comanda la familia Cantero.

Relaciones públicas. 

Entre los investigadores aluden risueñamente a él llamándolo "la cara concheta de la organización". Mariano Ruiz no comparte las cualidades de otros miembros de los Monos. El no proviene de los sectores populares sino de una clase media acomodados, gozó de educación formal y se mueve en un círculo económico donde se lo conoce por haber comprado bienes inmuebles y muebles de alto valor. Por ejemplo en concesionarias de automotores, donde es muy conocido como "Marianito", y en empresas de venta de materiales y accesorios para la construcción.

Pero Mariano Ruiz tiene otro rasgo esencial que lo recorta, según fuentes judiciales, de los demás socios en Los Monos: es contribuyente inscripto en la Afip como monotributista, con inicio de actividad en el rubro transporte, uno de los más usuales para el lavado de dinero. Como tal tiene movimientos bancarios (tiene cuenta en una entidad financiera internacional que opera en Rosario) y capacidad para librar cheques.

Esta distinción, según analizan en Tribunales, fue lo que le pemitió moverse desde la economía oculta a la formal y así ir convertiendo el dinero sucio en activos limpios.

El último caso detectado es por una cuantiosa compra de equipamiento para viviendas en construcción o en refacción que se presumen son la organización. A la firma Colomé Sanitarios, ubicada en Sarmiento y La Paz, les fueron entregaron cheques por materiales, instalaciones y artefactos por valor de un millón de pesos.

Cuando el comercio había despachado mercadería por 600 mil pesos los cheques entregados fueron devueltos a la firma por robados. Por consiguiente esta empresa comercial resultó damnificada de una maniobra y la denunció.

Se hizo humo. 

Una partida de los bienes comprados y sin instalar apareció en la chacra de tres hectáreas de Pérez atribuida a los Cantero. Por orden judicial se dispuso el reintegro de esos materiales a la firma perjudicada. Pero cuando fueron a buscarlos dos días después alguien —misteriosamente— se había adelantado. Colomé no pudo recuperar sus productos porque alguien se los llevó de la finca.

Lo que se analiza acá a nivel judicial es si Mariano Ruiz fue quien recibió dinero en efectivo de la banda y presentó los cheques robados que se compran en el mercado ilegal poniendo a prestanombres para concretar la operación y ser destinatario de la mercadería. Un individuo llamado Roberto Cavalli aparece haciendo compras a nombre de un tal Oruza y recibiendo los materiales en Pérez.


El inversor. 

Mariano Ruiz, de acuerdo a lo inferido por la investigación judicial, era el enlace que blanqueaba la plata de la droga en diversas operaciones, que podía hacer por estar inscripto formalmente. Pero la sospecha que impera, según fuentes judiciales, es que Ruiz empezó a quedarse con el dinero ilegal y entregaba a veces valores incobrables. Lo que habría sido advertido con disgusto por Claudio "Pájaro" Cantero poco antes de su muerte.

¿Para qué comprar un millón de pesos solo en sanitarios? Para los investigadores eso sugiere que todas las viviendas compradas o restauradas por esta red se iban equipando con esos materiales. De allí se desprende que los inmuebles bajo control de la banda eran cuantiosos.


Equipamiento. 

De hecho hay unas tres decenas de casas en el extremo sur rosarino, entre barrio La Granada y Las Flores, que tiene apariencia modesta por fuera pero dentro una calidad de refacción y equipamiento de primera línea. Las dos casas de Guille Cantero en Granadero Baigorria, la de calle Hilarión de la Quintana al 1100 atribuida a Ramón Machuca alias Monchi Cantero y varias de Las Flores tienen el mismo modelo de baño, están equipadas con insumos de la misma marca, en apariencia adquiridos al mismo negocio y los trabajos hechos por el mismo personal.


Formas de lavar. 

Los movimientos económicos atribuidos a la banda merecen un estudio central en la pesquisa judicial: los investigadores tienen la convicción que los delitos violentos como homicidios atribuidos a las bandas criminales serán más difíciles de probar que el origen ilegal de sus posesiones.

Por ello investigan todos los rubros que son funcionales al lavado. En ese sentido ya detectaron que miembros de la banda consiguieron blanquear el efectivo sucio en compra de chapas de taxis, transportes dedicados a fletes, empresas de remises, inmuebles y vehículos. Y hasta se investiga si hay dinero de la droga en porcentajes del pase de futbolistas.


En la boleta de la luz o del gas

Identificar testaferros o dueños detrás de las viviendas que se presumen de las bandas criminales requiere paciencia o astucia. A veces la sospecha de que una casa es de un miembro de la red surge de escuchas telefónicas y luego se trata de enlazar a la propiedad con su dueño. Ya pasó varias veces que un miembro de la banda no inscripto a nivel registral o catastral se delata en las boletas de servicios que llegan a su nombre: de la EPE, del agua o del gas.



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